cabra

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domingo, 29 de mayo de 2016

Cine indignado: El olivo (2016)

En esta pelea de gallos dos mil dieciséis Shakespeare vs. Cervantes que va ganando el bardo inglés, la vuelta a la ficción de Iciar Bollain después de También la lluvia (2010), puede entenderse sin duda como un homenaje a la peripecia vital del Caballero de la Triste Figura. La directora madrileña confecciona una recreación del emprendimiento quijotesco más genuino, jaleado y agrandado por las bondades tecnológicas de nuestros tiempos.
Es esta una historia que toca múltiples temas, quizá demasiados, con aspiraciones de película generacional con la que todo espectador puede identificarse /indignarse. El punto de partida es original. Un olivo milenario pasa de contemplar la vida en su tierra mediterránea a presidir el diáfano vestíbulo de la sede de una multinacional energética alemana. Una vez más, la mano caprichosa del hombre ha trastocado el orden natural, y las raíces transplantadas del olivo se han llevado por delante las de la familia que lo vendió por un puñado de euros.
Es inevitable asistir al declive de esta familia y de su microcosmos sin recordar las vidas enfangadas descritas en las novelas de Rafael Chirbes. Asociar Comunidad Valenciana y corrupción es ahora casi un tópico renacentista, y queda claro, aquí también, que todos sus escandalosos desmanes necesitaron de la cooperación necesaria del ciudadano de a pie. Pero sin juicios morales.
El problema de la película es justamente ese, que todo queda meridianamente claro. El esquema narrativo tradicional, con su escalada progresiva en la intriga, los puntos de giro de rigor, y las dosis justas de imágenes estrafalarias, sin olvidar la poesía en las escenas de retrospección nostálgica en el olivar. Es una road movie por territorio aún Schengen que quiere ser fábula y denuncia al mismo tiempo, jugar en un plano simbólico, y a ras de suelo, y la combinación adecuada no termina de encontrarse.
El entramado entre crisis existencial y crisis social está bien definido. Los personajes, lo mejor de la función, acarrean cada uno una carga diferente y explosiva al entrar en contacto con las otras. Afirma la directora en diversas entrevistas y notas de prensa que buscó ante todo la naturalidad, y por ello se embarcó en un casting intenso de actores debutantes o no profesionales, oriundos de la tierra. Un acierto pleno. El abuelo, catalizador de la parte emocional de la historia, es vivido, más que interpretado por el agricultor Manuel Cucala. Sin apenas líneas de guión, sus miradas ante la pérdida y el desmoronamiento atrapan. La quijotesca veinteañera, recuerdo de rebeldías de antaño, Anna Castillo, irrumpe en el panorama actoral con serias posibilidades de Goya el próximo año. Los productores ya parecen haber tomado nota: la misma semana de estreno de El olivo, los telespectadores han podido verla en El Ministerio del Tiempo repitiendo espontaneidad y desparpajo. El enamorado silencioso, que lo deja todo para seguir a su amada, es un solvente Pep Ambrós, muy conocido en ambientes teatrales catalanes, pero aquí un debutante más. Javier Gutiérrez, idóneo de nuevo en un papel tragicómico representante de todos aquellos que perdieron el tren, o el camión en su caso, de la prosperidad. Miguel Ángel Aladrén da el toque de sosiego al personaje más desagradecido.
Quijotesco es también el intento de humanizar a las gentes alemanas. Esas jóvenes tan rubias como solidarias con la locura de Alma, que alimentan a la rebelión anticapitalista por Facebook, está por demostrar que existan aún.

viernes, 20 de mayo de 2016

DESAHUCIO (mucho no hemos avanzado)

Ángeles malos o buenos,
que no sé,
te arrojaron en mi alma.
Sola,
sin muebles y sin alcobas,
deshabitada.
De rondón, el viento hiere
las paredes,
las más finas, vítreas láminas.
Humedad. Cadenas. Gritos.
Ráfagas.
Te pregunto:
¿cuándo abandonas la casa,
dime,
qué ángeles malos, crueles,
quieren de nuevo alquilarla?
Dímelo.

Rafael Alberti: Sobre los ángeles (1929)

miércoles, 4 de mayo de 2016

La Fe y los Exámenes Finales

"Fundador nuestro, que eres omnisciente,
graduado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu facultad.
Háganse tus deberes 
así en el campus como en el otro lado de la puerta.
La palabra tuya de cada curso, 
dánosla este curso.
Perdona que copiemos
como nosotros perdonamos a quienes nos copian.
No dejes que se nos pasen las fechas de entrega
mas líbranos de cometer errores.
Apruébanos.

Tradicional "Petición al Gran Maestro", Nuevo Programa de la Facultad de New Tammany.