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martes, 24 de diciembre de 2019

LOS DOS PAPAS (2019). Qué bonito hubiera sido.

Ni El irlandés, ni Historias de un matrimonio. La película idónea para despedir el año Netflix (decir la película del año con semejante catálogo es algo aventurado), es Los dos papas, del brasileño Fernando Meirelles, y algo de eso han intuido los votantes de los Globos de Oro. Los espectadores televidentes de la plataforma se están acostumbrando a que algunos directores prestigiosos que no son Scorsese, ni Cuarón, estrenen lo último más o menos de tapadillo, es decir, sin publicidad en autobuses urbanos. El mismo Noah Baumbach ya debutó en la semiclandestinidad con su anterior trabajo, The Meyerovitz Stories, lo mismo  que los Hermanos Coen con su Balada de Buster Scruggs. Obras francamente interesantes con las que uno se topa mientras rastrea las novedades. El largo de Meirelles, autor de Ciudad de Dios y El jardinero fiel, entre otras, sí parece estar siendo publicitado en uno de sus nichos naturales: Ciudad del Vaticano. De ninguna manera hay que desanimarse por este dato. Estamos ante un proyecto original en tono y forma, mesurado y muy pertinente de abordar en estas fechas. Con las garras afiladas lo justo para no espantar a los seguidores de los protagonistas, pero tampoco una historia desdentada como algunos críticos reprochan. Nada que ver tampoco con El joven Papa, la serie afterpop de Paolo Sorrentino para la empresa rival.  Los octogenarios protagonistas mantienen esas conversaciones jugosas que algunos tanto valoraban en Juego de Tronos (comparación no gratuita, merced al actor compartido), aunque con más enjundia intelectual,claro está. En relación a los otros octogenarios del año, los mafiosos, podría decirse que las citas teológicas de unos rellenan los silencios de los otros.  Meirelles opta por armar una trama tremendamente eficaz y resultona con la complicación justa , a partir de la vieja premisa de la Historia-Ficción. ¿Qué hubiera pasado si....? Fantasear con que dos personalidades de ese calibre, tan unidas por circunstancias presentes y pasadas y tan dispares en su forma de bregar con ellas, hubieran compartido paseos, debates, partidos de fútbol, desayunos con pizza, es demasiado bonito. Además de peligroso y con muchas papeletas de caer en la dramedia de ancianos. Hay momentos,claro,sobre todo enfilando el desenlace, en los que parecemos estar ante una feelgood movie de firmes convicciones, y nos parece lógico que así sea. Love Actually necesita recambio. Sin embargo, no puede obviarse  el rigor de varios extensos framentos, materializado en un empleo modélico de la imagen documental , para recordar de dónde vienen los personajes y en qué devienen las personas. 
Alejada la tentación de unirse a los cansinos biopics que nunca faltarán en carteleras ni en nominaciones, es humano disfrutar del duelo actoral entre Pryce/Bergoglio y Hopkins/Ratzinger. Dominando las dificultades de trabajar en varias lenguas y de sumergirse en figuras bastante alejadas de las creencias propias, según declaraciones de los propios intérpretes. A este respecto, el asombroso acento argentino de Jonathan Pryce, ya experimentado en líderes religiosos, es como tener la capilla Sixtina para confesarse tranquilamente, demasiado bonito para ser verdad. Lo demás, encaja. La manera de contraponer antecedentes y pareceres quizá es algo obvia por momentos, pero fructífera y reveladora. Constatar  su colaboracionismo con regímenes genocidas, su mutismo cuando tenían voz que alzar. En las escenas retrospectivas, con el argentino Juan Minujín brillando como el Jorge joven, cristaliza la subjetiva, que no hagiográfica, aproximación a la trayectoria del actual pontífice, que es el narrador indirecto de la historia. El agotado Benedicto no goza de recuerdos, y se arrastra por las estancias oprimido por una suerte de cuentapasos que le obliga a seguir moviéndose. Curiosa paradoja en institución tan inmovilista. Llegando al final del camino uno, y al culmen profesional otro; uno estudiando y el otro viviendo, concluyen en lo mismo: El inglés es una lengua diabólica. 

Los dos Papas (2019). En Netflix y cines seleccionados.
Dirección: Fernando Meirelles
Guion: Anthony McCarthen
Música: Bryce Dessner
Fotografía: César Charlone
Reparto: Jonathan Pryce, Anthony Hodkins, Juan Minujín, Cristina Banegas, Sidney Cole, Luis Gnecco,Federico Torre, María Ucedo, Thomas D. Williams, Pablo Trimarchi. 
Producción: Netflix. Reino Unido, Italia, Argentina, Estados Unidos.