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sábado, 30 de enero de 2021

CINE: EL ARTE DE VOLVER (2020)

Cada temporada cinéfila hay una sección que debiera llamarse "películas pequeñas no aspirantes a los Goya". Este curso atípico en el que la cosecha ha sido la que ha sido, el debut de Pedro Collantes hubiera merecido siquiera la nominación para Macarena García, cuyo rostro balsámico aparece en todas y cada una de las secuencias. 

Rodada en apenas diez días hiato pandémico incluido, esta es una historia sencilla pero de verdad hondísima que indaga en el desarraigo inevitable del emigrante cuando supera el punto temporal en el que se empieza a no pertenecer ni a un sitio ni al otro. Para Noemí, actriz aún por descubrir, sus seis años en Nueva York son ese punto de inflexión. La admiración/envidia que suscita en quienes descubre su lugar de residencia no compensa el desencanto por un despegue que no llega. La subsistencia vía anuncios publicitarios de productos nada glamurosos puede servir en los inicios, pero el tiempo pasa. Las sutilezas del guion no nos permiten saber cómo costea realmente Noemí su residencia en una de las ciudades más caras del mundo, o quizá eso no importa demasiado, porque el foco está puesto en ese regreso temporal, como lo son siempre, para asistir al casting que cambiará las cosas, y a los últimos momentos de su abuelo. 

En la línea inagotable del nuevo biografismo tan del agrado del creador contemporáneo, el director se inspira en su propia experiencia para confeccionar junto a Daniel Remón una historia de personajes, en la que la cámara sigue a Noemí en cada uno de sus reencuentros. Sin fiestas de bienvenida, con un solo regalo y equivocado, la vuelta casi clandestina evidencia que los espacios afectivos no se reservan eternamente, por más que el que se va y los que se quedan se autoengañen durante meses, o años. En este sentido, Noemí parece ir más lenta que su entorno. En una de las conversaciones sobre las que se construye la trama, su hermana pequeña que ya no es tan pequeña le reprocha el no responder a sus mensajes, cuando ella está convencida de que sí lo ha hecho. 

En un plácido paseo por el Parque del Oeste, acompañamos a Noemí y a su amigo Carlos, un estupendo como siempre Nacho Sánchez. El espectador que se haya visto en esta tesitura del regreso temporal entenderá esos primeros apresuramientos del contárselo todo, la generosidad del que se ha quedado, escuchante más que emisor, y el progresivo agotamiento del entusiasmo, toda vez que el regresado constata que la vida sigue sin él. 

De esta manera agridulce, las emociones se van condensando hasta estallar de mala manera hacia el final del metraje, merced a la que ostenta (ostentaba) el peligroso título de mejor amiga. Una fotógrafa conceptual encarnada certeramente por Ingrid García-Johnson, con la sombra indeleble del ex. Una explosión tragicómica con la sinceridad como daga, que nos lleva a la sonrisa, como los primeros tanteos del abuelo con los filtros de Instagram, justo cuando ya no le queda tiempo para profundizar en el tema. 

El arte de volver , que también es el título de la serie a la que aspira Noemí, quizá sea mal título para un culebrón de sobremesa, pero se ajusta perfectamente a la efímera pausa madrileña de la protagonista. Marcharse es fácil. 

Título:El arte de volver.

Año: 2020

Dirección: Pedro Collantes

Guion: Pedro Collantes y Daniel Remón

Nacionalidad: España

Música: Yuri Méndez

Fotografía: Pedro Cabezas

Reparto: Macarena García, Celso Bugallo, Nacho Sánchez, Ingrid García-Johnson, Mireia Orio, Luka Peros.