1. Un ataúd. Buried (2010), de Rodrigo Cortés. 93 minutos de oxígeno según cinematográficos cálculos.
2. Una habitación de hotel. Citizenfour (2014), de Laura Poitras. Edward Snowden, asilado en Rusia, ni confirma ni desmiente que la NSA estuviera al tanto de futuras pandemias.
3. Un laberinto cúbico. Cube (1997), de Vincenzo Natali. "Escape room"algo intensa para despedidas de soltero.
4. Mi mansión con los amigos. El ángel exterminador (1962), de Luis Buñuel. Clásico del fantástico cotidiano extrañamente poco citado en este tipo de listas.
5. Una plataforma multinivel. El hoyo (2019), de Galder Gaztelu-Urrutia. El ojo para cuadrar de los programadores de Netflix es admirable.
6. Una llamada telefónica. La cabina (1972), de Antonio Mercero. 35 minutos de angustia que ya no se repetirán en nuestras ciudades.
7. El hueco de una escalera. La trinchera infinita (2019), de Jon Garaño, Aitor Arregi y José María Goneaga. Ante las represalias de los vencedores, algunos se echaron al monte y otros vieron la vida pasar desde un falso tabique.
8. Una habitación con vistas. Rear Window (La ventana indiscreta, 1954), de Alfred Hitchcock. Sin internet pero con unos prismáticos, imposible aburrirse.
9. Un semisótano invisible. Room (L a habitación, 2015), de Lenny Abrahamson. Una oda a la resiliencia y a la adaptación al medio.
10. Un islote poco paradisíaco. The Shallows (Infierno azul, 2016), de Jaume Collet-Serra. La falta que hacen a veces cuatro paredes y un techo.
11. Un aeropuerto. The Terminal(La terminal, 2004), de Steven Spielberg. Los no lugares también pueden ser hogares de alguien.
12. Una pared de tu casa. Treinta años de oscuridad (2011), de Manuel H. Martín. Historia gemela a la de La Trinchera infinita, idéntico desmesurado sacrificio.
13. En el aquí y el ahora mismo. Vivarium (2020). Próximo estreno el 8 de abril en salavirtualdecine.com Todos los parecidos con la realidad son meras coincidencias.