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lunes, 12 de julio de 2021

CINE: MANDÍBULAS (2020)


Hace calor. Todos de acuerdo. Seguimos inmersos en la distopía vírica que nunca se acaba. Casi todos de acuerdo salvo ciertas franjas de edad y visitantes de Mallorca. Echamos de menos a los hermanos Farrelly. No te avergüences. Por suerte, la bolsa de estrenos prepandémicos va adelgazando y hay casos como el que nos ocupa, al que esta llegada estival a la cartelera, previo estreno en Sitges 2020, le sienta francamente bien.

Esta destartalada peripecia de dos tontos muy tontos pero belgas es transparente en sus intenciones desde el título mismo. Esas mandíbulas remiten irremediablemente a la obra maestra de Steven Spielberg, epítome del terror veraniego, y a las subsiguientes secuelas con idéntico o similar nombre de diversos bichos de reluciente y puntiaguda dentadura. (La muestra más reciente, en forma de cocodrilo gigante, puede verse en Amazon Video). Pero no habrá dentelladas a lo largo de la hora y media escasa de metraje, aspecto este muy de agradecer también. El animalillo con el que se tropiezan es una mosca. De considerables dimensiones, eso sí, a la que rescatan del achicharramiento y la inanición del maletero del coche que toman prestado para un encargo en un contexto que homenajea sin rubor a los tumbos del grandísimo Jeffrey Lebowsky. Si bien Manu o Tonto 1 (Grégoire Ludig) padece una situación más límite, durmiendo bajo las estrellas. En este Liberad a Willy que empieza por el final, nace una hermosa y lisérgica relación entre Jean-Gab, Tonto 2, interpretado por David Marsais, y el insecto, al que se propone domesticar para salir de la exclusión social. Nublados pues por el pensamiento positivo, olvidan el recado y se encaminan hacia el éxito aprovechando las coyunturas favorables que la Providencia les otorga en cuestión de alojamiento. 

Como en toda comedia, disparatada o no, los personajes secundarios son esenciales para apuntalar la narración. Aquí el que se lleva la palma es la infortunada Agnès, invitada en la apañada casa costera de su amiga Cécile. Un tratamiento sumamente incorrecto de las patologías mentales, nostálgico de los felices y liberados años noventa, llevado a la excelencia por Adèle Exarchopoulos. 

El pergeñador de todo esto, Quentin Dupieux, no es para nada un desconocido en las artes de la risa cinematográfica. Productor musical bajo el pseudónimo de Mr. Oizo ,además de cineasta, se dio a conocer al público especializado con Rubber (2010), protagonizada por un neumático asesino. Con esta premisa, a ver quién se resiste a revisar su filmografía completa, o al menos las dos disponibles en Filmin. La única condición de disfrute de su última entrega es dejarse llevar. Bajo la apariencia marciana del relato, la secuencia de acontecimientos se revela perfectamente lógica. Manu y Jean-Gab eligen su propia aventura pero mal, y cada uno de sus impulsos solo puede llevar al siguiente. Los individuos de diverso pelaje que se van encontrando solo pueden sumarse a la alucinación,derrochando amabilidad, hospitalidad y la curiosidad justa,  y las casualidades puntuales cumplen su cometido de avanzar las tramas y preparar el terreno para qué será lo siguiente. 

La mosca Dominique pone todo de su parte, menos alguna cosa,  para que la relación  fructifique. Entrañable su forma artesanal, alejada de los efectos de ordenador, y en el fondo. Dan ganas de llevársela a casa.


 Título: Mandíbulas

Título original: Mandibules

Año: 2020

País: Francia- Bélgica

Dirección, guion y fotografía: Quentin Dupieux

Reparto: Grégoire Ludig, David Marsais, Adèle Exarchopoulos, India Hair, Roméo Elvis, Dave Chapman, Anäis Demoustier.


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