cabra

cabra

martes, 30 de septiembre de 2025

LECTURA PARA COMENZAR EL OTOÑO: VISIÓN NOCTURNA, DE MARIANA ALESSANDRI


El pasado mes de julio, un curso de verano congregó en el Círculo de Bellas Artes de Madrid a unas decenas de valientes, más a otros doscientos en línea para hablar sobre "emociones oscuras". Capitaneados por el adalid antipositividad vacía Edgar Cabanas, los asistentes abrieron la caja de Pandora y dejaron salir ira, depresión, angustia, dolor, duelo y ansiedad. Una de las ponentes más esperadas fue la filósofa estadounidense de origen chileno Mariana Alessandri, que oportunamente pudo su este último libro en los escaparates durante al menos esas dos semanas. Una manera como otra cualquiera de combatir el calor estival que ya empezamos a olvidar, como corresponde a cada inicio de otoño. Es este un ensayo amigable, transparente, fuertemente enraizado en la tradición contemporánea de combinar el a veces árido pensamiento abstracto con un tono confesional en el que la autora enhebra el discurso a través de anécdotas de su biografía cotidiana. Nada que objetar. Esta corriente de ensayo más o menos ligero triunfa en nuestro mercado de la mano de editoriales especializadas y portadas y títulos que en ocasiones son parientes del clickbait. En este caso, el texto se mantiene en un nivel académico no retador pero muy aceptable, y los títulos, tanto el original en inglés como la traducción, pueden sugerir incluso reminiscencias del cómic de superhéroes, del género existencialmente torturado. 

Totalmente en la línea del curso, Alessandri ataca fieramente la narrativa social que nos invade obligándonos a la felicidad perenne y perpetua. Durante la lectura, es inevitable preguntarse qué pensaría Mariana del universo Mr. Wonderful, que parece haber emprendido una lenta pero esperemos imparable decadencia asediado por las copias), y fantasear con que hubiera sido obsequiada con una frase inspiradora serigrafiada en taza de desayuno.  

Mediante claros epígrafes, se desgrana el análisis de las distintas emociones oscuras y se desmonta lo que la autora llama Light Metaphore, o metáfora de la luz, por la cual, desde la Ilustración, se asocia el pensamiento a la luz y esta a la felicidad. La luz es mejor que la oscuridad, la alegría que la tristeza, el sosiego a la ira, y el optimismo al pesimismo. La autora se confiesa existencialista y asume que la oscuridad habita dentro de nosotros. Nos herimos, sangramos, morimos, afirma.

El marco temporal de escritura refuerza esta propuesta. La profesora Alessandri estaba confinada en su casa de Texas impartiendo docencia en línea (el horror, el horror, que diría Kurtz en El corazón de las tinieblas), y conviviendo con un marido que sí salía a la calle y dos niños a los que supervisar académicamente y seguir criando. Ciertamente ya nos hubiera gustado ver a Sartre o Cioran en esa tesitura. Cuando va llegando lo que se llamó "nueva normalidad", la autora se espanta ante el lamentable estado anímico de sus estudiantes, carcomidos por la ansiedad y el miedo. Hasta ahora. 

Quizá la aportación más valiosa de la obra para un público no experto es la vertiente teórica, vertebrada principalmente por filósofas norteamericanas contemporáneas que escrutan la relación entre estas emociones y su género. Nombres como Gloria Andalzúa, Audre Lorde y Maria Lugones suponen todo un descubrimiento. Junto a ellas, los imprescindibles y familiares Miguel de Unamuno y Soren Kierkegaard, grandes analistas del dolor del alma a los que les faltó la experiencia pandémica.  

 

 Mariana Alessandri: Visión nocturna. Un viaje filosófico a las emociones oscuras. 2025. 304 págs. 

 

 

 

 


miércoles, 3 de septiembre de 2025

MATERIALISTAS (2025)

 MATERIALISTAS

Título original: Materialists

Año: 2025

Duración: 109m

País: EEUU

Dirección y guion: Celine Song

Música: Daniel Pemberton

Fotografía: Shabier Kichner

Reparto: Dakota Johnson, Chris Evans, Pedro Pascal, Marin Ireland, Zoe Winters, Louisa Jacobson.

La comedia romántica del año no es ni comedia ni romántica. Un síntoma más de la liquidez o liquidación de los géneros en el arte, consolidada ya con el caso de The Bear y su encuadre en la categoría de mejor comedia. 

El segundo trabajo de Celine Song, que ha tardado bien poco en materializarse, valga la chanza, avalado por el éxito sorpresa de su debut, Vidas pasadas, es una propuesta no tan atrevida, no tan escandalosa como algunos creen. Como en esta página somos muy fans de las sesiones dobles, o incluso triples,  hay que recomendar el visionado conjunto de este Materialistas con Los Rose,la nueva y muy británica versión de la mítica comedia ochentera de Danny de Vito, y, si quedan ganas, con Locamente, taquillazo italiano del verano y, esta sí, reivindicación apasionada del sentimiento amoroso.

La obra de Song es arisca y escurridiza. A partir del clásico triángulo amoroso en el que la chica ha de escoger y salir perdiendo,  se ofrece una panorámica incluso documental de la puesta en marcha y funcionamiento de una relación sentimental en el muy escogido sector blanco hetero neoyorkino. Los WASP de toda la vida. Un material que Woody Allen moldeó y patentò, al que se añaden los ingredientes típicos del ultracapitalismo tecnológico que tanto escuecen en los admiradores de Meg Ryan. 

La directora afirma haber rodado una denuncia contra los parámetros sociales que nos despojan de nuestra humanidad y nos convierten en meros productos que compiten en el despiadado libre mercado. La empresa que emplea a Lucy, la matchmaker, sin embargo, se precia de aplicar a sus clientes el factor humano del que carecen las aplicaciones que todos conocemos. Ese factor humano es Lucy, que mima a sus clientas y cuida al extremo el lazo afectivo que ella ha sembrado. Tan al extremo como en la crisis preboda de los primeros compases de la película. 

El título desde luego no engaña. La puesta en escena, los espacios, la narrativa sembrada de alusiones a las finanzas, a los salarios ideales (ese tabú en nuestra cultura), las razones que llevan a los pudientes a emparejarse. El concepto de "lujo silencioso" popularizado por los exégetas de Succession. El espacio vacío del millonario frente a la masificación doméstica del pobre. Pero el discurso de Lucy sí engaña. Salpicado de frases sentenciosas tipo"el amor es más fácil porque no se planifica". Se declara materialista, se autopercibe como producto de no muy alto valor, con su desazón correspondiente, y la coherencia con sus decisiones vitales es mejorable. No podemos tampoco estar de acuerdo con su visión de "mercado generalista" frente a "mercado de nicho". Los especímenes que han subcontratado su proceso de selección de alma gemela a la empresa de Lucy pertenecen a un ecosistema muy concreto. El mercado generalista ha de seguir acudiendo a las aplicaciones o a los bares. Los mantras a partir de los que construye su personaje comienzan a resquebrajarse en ambos frentes laboral y personal, y en ese desequilibrio encontramos la verdadera complejidad del personaje. 

Con todo, es el omnipresente Pedro Pascal el que compone el rol más atrayente, desde el punto de vista sociológico. Su ecuación vital es mucho más certera, un héroe del pragmatismo. El compungido John de Chris Evans da mucha lástima pero, al menos  para el público español no será especial motivo de impacto el que comparta un amplio piso con 37 años. (Sí la mención a que Lucy, ganando 80000 dólares al año, haya realquilado su casa para monetizar sus vacaciones). En el caso de John, el infierno son los otros.